Tu y yo...
Tu y yo nos conocemos como extraños,
cada uno llevando consigo un misterio.
No puedo decir quién eres; puede que jamás te conozca del todo.
Pero confío que eres una persona por derecho propio,
en posesión de una belleza y un valor que son los más preciados tesoros de la Tierra.
Así pues, te hago una promesa:
No te impondré identidades,
sino que te invitaré a convertirte en ti misma,
sin vergüenza ni temor.
Tendré abierto un espacio para ti en el mundo
y defenderé tu derecho a llenarlo con auténtica vocación
Pues mientras dure tu búsqueda
tienes mi lealtad...
Theodore Ploszak